Ya se ha acabado el Black Friday!! Hemos pasado de un país
que no sabe hablar inglés a que todos aprendamos esta palabra (o Halloween) sin
saber exactamente a qué se refiere. No, yo no voy a ser de los que critican las
tradiciones de fuera. Me es exactamente igual el Black Friday que San Valentín
o las calabazas de Halloween. Yo quiero hablar de días y de ventas, que al fin
y al cabo es de lo que entiendo.
Vayamos por pasos, los comercios quieren vender más y para
ello tienen diversas herramientas: desde publicidad (los grandes), hasta
promociones, pasando por ofertas, por la simpatía de las/os vendedores/as,
programas de fidelización caseros o no, detalles con los mejores clientes
(heavy consumers), etc. Eso lo pueden hacer todos los establecimientos. Pero
para que llegue a la mente del consumidor tiene que ir acompañado de algo que
se recuerde: el día. El dayketing se está convirtiendo en una herramienta
fundamental para poder llegar al consumidor final: todo el mundo conoce las
fechas de inicio de las rebajas, todo el mundo la fecha de Halloween, del día
del padre, de la madre, de San Valentín, de Navidad… Si en esas fechas claves
se vende más, la cosa está clara ¡Hay que encontrar más días para vender más! Y
allí es donde entra el dayketing, el dayketing estratégico, el que selecciona
los días más adecuados para cada comercio.
El Black Friday lo compro, pero me interesa más encontrar el
día adecuado para que un comercio determinado pueda vender con una oferta
especial, una promoción o algo que lo haga único.
El Black Friday lo compro este año y probablemente el año
que viene, pero no más. De aquí tres años se convertirá en un día similar al
del día de San Valentín, en el que las campañas publicitarias pasan
desapercibidas y quien gana son los grandes anunciantes que se pueden permitir
la doble página en la prensa o incluso el spot de televisión.
El Black Friday lo compro porque está en una fecha que
coincide con “El Gran Reto” del Banco de Alimentos, y mediante a estas ofertas,
se genera más tráfico a los centros comerciales y más conocimiento de la
campaña espectacular que hace la gente de Banco de Alimentos y todos los
voluntarios que se suman al gran proyecto.
El Black Friday lo compro mientras sigamos teniendo unas
leyes tan curiosas que marcan el inicio de las rebajas pero son incapaces de
legislar lo que significa un “Descuento”, un “3x1”, un “ofertooooón” y cientos
de palabras que llevan el significado de “rebajas” en el fondo y en la
superficie. A este paso, sería mejorar optar por la libertad del librecomercio
en la fijación de precios y temporadas de rebajas.
Y una vez hablado sobre el Black Friday, dejarme otra
reflexión. ¿Cuánto ganan los supermercados con la campaña de Banco de
Alimentos? Porque en el supermercado que fui yo el sábado ni una sola persona
no compró algo para donar a tal estupenda iniciativa. A ver si estamos aquí
todos arrimando el hombro y tenemos a cuatro directivos frotándose las manos
por los beneficios extra que obtienen ese día con la venta de productos para
los más desfavorecidos.
Les propongo un trato transparente: No tendría que haber un
día de la “Gran Recogida”, se podrían incluso organizar dos o tres cada año.
Creo que el consumidor, la organización y el voluntariado está preparado para
tal reto. A cambio, las grandes cadenas donarán los beneficios de un número
determinado de productos que se vendan ese día. Productos básico: galletas,
arroz, legumbres, leche y aceite. Porque muchos me dirán que ya donan al Banco
de Alimentos, pero aquí se trata de que todos donemos el mismo día, con la
misma fuerza y rememos en la misma dirección. Entonces compraremos con más
ganas, porque además de nuestra compra, sabremos que les caerá algo más a Banco
de Alimentos y no me creo que por los beneficios de 4 productos básicos una
empresa del tamaño de Mercadona, Eroski, Carrefour, Día, Caprabo, Lidl, etc
vaya a sufrir especialmente…
Con la Responsabilidad Social Corporativa todos crecen,
aunque muchos no lo puedan entender, y además, es fundamental en los días que
corren. Un trato de esfuerzo de mínimos entre todos los agentes (y si hay que
meter prensa, radio, agencias de publicidad, etc también lo hacemos) que
participan directamente en el Gran Reto de Banco de Alimentos nos haría más
libres, mejores y más grandes!!